Ascenso en mountain bike al Monte Gorbea, la guinda final a la temporada 2013

Mi compañero de andanzas Jorge y yo, teníamos como reto personal subir al monte Gorbea (1.481 m) durante este año 2013, pero otros compromisos han ido aplazando la fecha, hasta que el pasado 22 de diciembre, cumplimos nuestra palabra.

La historia comenzó como todas nuestras aventurillas:

– Buah tío, el año se va a acabar y no hemos subido al Gorbeia!
– Ya te digo, pero al final, entre tanta marcha no ha habido tiempo.
– Pues…el año se nos acaba, lo malo que lleva nevando dos días, así que habrá que dejarlo para el 2014.
– Pfff, no me gusta dejar hilos sueltos, además tengo la Specialized arreglando, que me he cargado la     horquilla. Aunque si quieres, puedo pillar “la abuela” Trek.
– Bah, la Trek es una antigualla, así que si no lo tienes claro, lo podemos dejar para primavera.
– Ummm, este domingo a las 9:00 en la autocaravana, y cargamos las bicis.
– :))))))))))

Como veis, nuestro problema es que nos falta alguien con cierta cordura que nos frene. El viernes estuvo nevando intensamente a una altura de 600 metros, y el sábado hizo un frio que temblaban los pingüinos. Aun así ninguno de los dos quiso echarse atrás, por lo que la diosa fortuna nos regaló un domingo de esos que te hacen llorar de emoción. Un cielo azul, sin gota de niebla ni viento. Hacía frío pero no había helado, así que todo se conjuró para que nos enfrentásemos a ese aplazado reto con mucho optimismo.

A las 9:00 montamos los bártulos y nos dirigimos al Centro de Interpretación del Parque Natural del Gorbea, de manera que estábamos más cerca de la zona de descenso que de la de ascenso, dejando más kilómetros de llaneo para ir calentando las piernas.

En Alegría-Dulantzi no había helado, pero en donde aparcamos si, y mucho, por lo que no nos dimos especial prisa en ponernos en marcha, dando tiempo a que el Astro Rey nos regalase algo de calor.




Como la cosa no parecía que fuese a mejorar mucho más, a las 10:30 aproximadamente iniciamos la marcha, cruzando Sarria, Murgia y finalmente Zárate, donde tuvimos que quitarnos algo de ropa, ya que el llaneo nos había calentado un poco. También aprovechamos para comer algo, porque con el frío consumes más calorías.

Ya mentalizados iniciamos la subida por un oscuro, empinado y embarrado camino de ascenso. Los patinazos fueron muchos, pero la pericia que hemos ido adquiriendo en la temporada 2013 sobre el barro, nos ayudó a salir victoriosos en esa primera parte.

Según íbamos ganando altura, el barro se fue convirtiendo en hielo. Era tal su grosor, que muchos charcos no se rompían al pasar nosotros, pero cuando lo hacían, las placas eran tan grandes, que nos hacían perder el equilibrio.

Con mayor o menor fortuna, siguiendo lo que es un trazado evidente, llegamos a la parte de la nieve. No sé si habéis tenido la oportunidad de andar con la bici por el blanco elemento, pero he de deciros, que es bastante complicado. Las ruedas no encuentran agarre, las calas se embotan y no hay manera de encalar, las placas de hielo escondidas entre la nieve, te pegan unos sustos, que te ponen la patata a 1000…pero bueno, nadie dijo que fuera a ser fácil, y además, tampoco nos motivan los retos sencillos.

Hubo algunas cuestas en las que tuvimos que caminar, ya que no había manera de avanzar montados, así que empujamos las bicis durante un par de kilómetros, hasta que pudimos volver a subirnos.

Varias personas que bajaban nos pararon para preguntarnos a ver cuando habíamos perdido el tornillo, o si no había más días durante el año para subir al Gorbea.

Poco a poco la cumbre la teníamos más accesible, lo malo, que al estar todo tan nevado, no veíamos bien el camino a seguir. Llevábamos el GPS Garmin Dakota 20, pero finalmente decidimos seguir por donde estaba más pisado, y en vez de acceder a la loma de la cruz por la parte derecha y ascenderla por una pendiente suave, lo hicimos de frente, por una pared de nieve, donde tuvimos que trepar con la bici en la espalda.

La gente bajaba con raquetas de nieve y crampones por esa pendiente, pero nosotros…subíamos con las botas de bici rígidas (menos mal que llevábamos tacos metálicos). Golpeábamos la pared de nieve con la intención de ir haciendo escalones que nos permitiesen ascender, pero cada vez que se rompía, suponía un resbalón cuesta abajo de 4 metros.

Superado el último escollo, pudimos volver a montarnos en las bicis y llegamos a la Cruz hinchados de orgullo y emoción.

El descenso fue rápido, aunque tuvimos algún susto que otro con el puñetero hielo. Muchos resbalones como esos, y el pulsometro nos manda al cuerno…jaja. Además a Jorge no le funcionaba el freno trasero, pero no le impidió bajar como un diablo de Tasmania!

La zona final discurre junto al rio Baias, sobre el cual cruzan varios puentes. Algunos los hicimos por arriba y otros por abajo, ya que el lecho del rio está cubierto por una plancha de cemento, y es ciclable. El susto vino en el último de los tramos de agua que cruzamos, ya que entre el hielo y el verdín, aquello resbalaba muchísimo, y Jorge se fue al suelo, resbalando hasta meterse en la mitad del cauce. Después de comprobar que estaba bien, echamos unas buenas risotadas (la verdad es que yo me reía más que él…jajajajaja).

Por suerte nos encontrábamos cerca del parking desde el que habíamos salido, por lo que pudo cambiarse y secarse rápido.

Después de un año donde nos hemos enfrentado a pruebas tan exigentes como los 10000 de Soplao o la Euskobike, el Gorbea puede parecer un paseo de domingo, pero hay retos que tienen un grado más emocional que físico. Además, al hacerlo con nieve, la dureza se incrementó bastante.

He de quitarme el sombrero nuevamente ante mi sufrido compinche de pillerías, Jorge, ya que tenía averiada la Specialized, y subió con una Trek doble bastante antigua, con frenos v-brake, horquilla de elastómeros, suspensiones no regulables. Además, se le fastidió el freno trasero, y por no parar, bajó el Gorbea únicamente frenando con el delantero!

La temporada 2013 ha tenido grandes momentos de gloria, y alguna espinita que intentaremos sacarnos en el 2014. Los retos que tenemos para la siguiente temporada, entre otros son, acabar la EuskoBike, la Quebranta BTT, ascenso nocturno al Gorbea junto a los amigos de Vibike…y muchos otros que los iremos desvelando poco a poco.

Sumando los datos del Endomondo, donde registro todas las salidas MTB nos da el siguiente resumen de este año:

• Kilómetros totales: 3.851 km
• Metros escalados totales: + 72.830 m

Esperemos que la siguiente temporada sea al menos tan buena como ésta.

Si queréis realizar esta ruta, podéis descargarla aquí:

• Ibilbideak
• Wikiloc

¿Has subido alguna vez al Gorbea en BTT? ¿Cuales son tus retos para el 2014?

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