Después de un año de parón la Euskadi Extrem vuelve al calendario ciclista recuperando el ansiado formato de 2 días.
Desde 2012 no he faltado nunca a la cita de la prueba vasca, pero ha sido en este 2019 cuando me ha tocado probar uno de los servicios más importantes de todos los que ofrece: Rescate y atención a la víctima.
Desde 2014 soy corredor-redactor de Iberobike, donde podéis encontrar el artículo más detallado sobre la prueba, pero no he querido dejar pasar oportunidad de hacer una pequeña reseña más personal en nuestra web.
IBEROBIKE: Vídeo Euskadi Extrem 2019, una odisea sin final en bicicleta de montaña
Cuando acudo invitado a una prueba o marcha ciclista, adquiero el compromiso de probar y dar mi opinión objetiva sobre todos los servicios que se ofrece a lxs corredorxs, para poder emitir una crítica construtiva y así poder mejorar y pulir pequeños errores en futuras ediciones, pero hasta ahora nunca había tenido que vivir en primera persona lo que supone ser rescatado.

A 1.4km de la meta comencé a notar una falta severa de oxígeno, viéndome obligado a tumbarme y evitar caerme mareado de la bici.
El día había sido complicado, las altas temperaturas nos habían castigado duramente, llegando a los 42ºC subiendo el Alto Portilla, pero era consciente de ello e iba hidratándome continuamente .
Para no cargar con peso ni calor extra, en lugar del Camelbak Mule, llevé un bote térmico Camelbak de 750cc, el cual fui rellenando continuamente en todas las fuentes y avituallamientos apostados a lo largo de la prueba, por lo que el bote siempre contenía agua fresca.
Sabemos que el agua no es suficiente, así que en el maillot, junto a geles y barritas, llevaba un tubo de pastillas de sales con electrolitos de la marca HIGH5, para tener el bote siempre listo.
Pese a todo ello, sufrí lo que posteriormente diagnosticaron una insuficiencia renal severa debido a una deshidratación, con afección al hígado y una destrucción muscular importante.

En el tramo final me acompañaba Txabo, amigo, miembro de Euskadi en BTT y componente del grupo musical Harresian Zulo, quién dio el aviso a una bici de la organización que estaba cerca nuestro.
Avisaron al teléfono de emergencia y cuando llegaron las motos de asistencia, le obligué a Txabo a irse hacia la meta. Yo ya estaba atendido y su familia le estaba esperando en Labastida.
El tiempo pasaba y yo ahí seguía, tirado en el suelo con unos terribles calambres por todo el cuerpo: piernas, brazos e incluso en la boca!
Un buen rato después pasaron los últimos participantes y casualidades de la vida, eran mis compañeros de club, entre los que se encontraba un médico.
Más tranquilo por contar con un profesional a mi lado, le expliqué mi situación y me colocó en posición de seguridad hasta que por fín apareció una persona de la organización muy enfadado: «No podemos tener a un tío tirado en el suelo más de hora y media y sin atender»

Apareció el vehículo 4×4 de la asistencia, me midieron la tensión y a duras penas me consiguieron meter en el asiento trasero. Cosas de medir 1,86m.
Una vez en Labastida me preguntaron si me veía bien o me trasladaban en ambulancia…evidentemente, bien no me encontraba, así que me llevaron a la clínica del seguro que tenían contratado por la prueba: Hospital San José.
Un médico de urgencias me midió constantes, me enchufó suero y al ver mi analítica y todo el tiempo que había pasado desde el incidente me envió directamente a la UCI ya que estaba mucho más grave de lo que parecía a simple vista.
Una noche en la UCI, otra en planta, 15 bolsas de suero y la analítica ya era lo bastante buena como para mandarme a casa, así que cogí mis bártulos y salí del hospital.

Estaba esperando a que pasara mi pareja con el coche para recogerme, cuando me llaman del hospital diciendo que había un problema con el seguro y debía volver.
Todavía débil y algo mareado tuve que aguantar que me trataran poco menos que de sinvergüenza por quererme ir sin pagar…»pero, pero, a mi me habían dicho que podía irme..«
Al parecer, según información del hospital y posteriormente confirmada por la organización de la Euskadi Extrem, al ser enfermo de Esclerosis Múltiple el seguro no se hacía cargo del ingreso, así que me tocó pagar nada menos que 1.889,60€.
Menos mal que llevaba una tarjeta de crédito en el teléfono, porque os recuerdo que yo entré allí en culote

La organización de la Euskadi Extrem me comentó que en la correduría de seguros les dijeron que al ser un incidente producido por mi enfermedad, fuera a la Seguridad Social a reclamar allí.
La situación cada vez me estaba cabreando más y la sensación era de que alguien se estaba lavando las manos y no estaba haciendo frente a su responsabilidad.
Al de unos días acudí a la consulta del hospital donde se me atendió y se lo comuniqué al especialista, quién no daba crédito a lo que le estaba contando, así que me hizo un informe médico desmintiéndolo: El ingreso se debió una insuficiencia renal grave por deshidratación y la Esclerosis Múltiple no tuvo nada que ver en el incidente.
Envié el informe médico a la organización y al propio seguro, pero entonces mi sorpresa fue aún mayor ante el email recibido por la empresa Mapfre:
«En relación con el expediente de referencia, infórmale que la póliza que nos ocupa, contratada por C.D. Ciclista Extrem de Vitoria, nº 0551980129075, es de accidentes, según Art. 100 de la Ley de Contrato de Seguro: causa violenta, súbita, externa y ajena a la intencionalidad del asegurado. En ningún momento se le indico a la clinica (ni verbal, ni por escrito), que fuera por antecedentes del lesionado. «
Llamé por teléfono a la persona que me había enviado el comunidado para aclararlo, ya que no podía dar crédito a lo que estaba leyendo.

Viendo este jaleo, acudí a la Federación Alavesa de ciclismo para abrir un expediente de accidente y ver si me podían echar una mano en todo esto.
Todavía no he tenido una respuesta oficial, pero segun me han comentado yo me encontraba bajo la responsabilidad de una prueba privada, con un seguro privado y ellos decidieron llevarme a una clínica suya, no yo, por lo que entienen que hay un problema del cual no quieren hacerse responsables.
Quiero pensar que en este mundo la mayoría de las personas quieren hacer las cosas bien, por lo que antes de tomar medidas más drásticas voy a abogar por la buena voluntad y confiar en que, una vez los seguros hablen, se solucione todo de manera favorable y amistosa.
Una gran verdad de la que me he dado cuenta a lo largo de mi vida es que lo que hace grande a una empresa es como responden cuando las cosas salen mal, porque cuando todo va bien, no hace falta nada más y a mi parecer, la Euskadi Extrem no ha dado la talla.
Es una pena que una respuesta tan poco acertada a una situación tan simple empañe lo que en mi opinión era uno de los eventos más esperados por la afición: la vuelta al formato de 2 días de la Euskadi Extrem.
Os mantendremos informados sobre la evolución de la situación.
¿Te han rescatado en alguna ocasión? ¿Cómo han funcionado los seguros y la organización?